10 bulos sobre las cremas solares

El uso de las cremas solares se ha generalizado, pues en la actualidad se conoce muy bien su importancia. Como sabes, son fundamentales en la prevención del cáncer de piel y otras patologías. De la misma manera, evitan otros efectos lesivos como es el fotoenvejecimiento. Todos están relacionados con la exposición a la luz solar y sus radiaciones. Lamentablemente, algunos bulos o ideas falsas restan efectividad a estos productos.

¿Cuáles son los bulos relacionados con los efectos de los protectores?

Quizás por la misma generalización de su uso, estos productos se han visto rodeados de una serie de ideas separadas de la realidad. Algunas están relacionadas con sus efectos y propiedades. Quizás las has escuchado alguna vez y es importante que estés bien informado para lograr la máxima protección solar sin dejarte llevar por ideas contraproducentes. 

Recuerda que la elección del factor de protección (SPF) depende de la edad, la exposición -si va a ser intensa, prolongada o leve-, el fototipo y condiciones como el embarazo o la administración de medicamentos que puedan alterar la sensibilidad.

Los fotoprotectores siguen siendo válidos de un año para otro

Esta afirmación no es cierta. Los envases de estos productos siempre tienen un símbolo con un frasco abierto y un tiempo que puede estar expresado como «3M», «6M» o «12M». Esto significa que puedes usarlo 3, 6 o 12 meses después de haberlo abierto y no más allá, pues habrá perdido parte de su efectividad.

Toma en cuenta también que esto se refiere a un lapso que se estima en base a condiciones ambientales óptimas y durante el verano hay mucho calor y humedad, lo que dista de serlo.

Todos los fotoprotectores son iguales 

Muy por el contrario, hay diversas formulaciones que responden a distintas necesidades.

  • La fotoprotección es un concepto que se refiere a la especificidad de un determinado producto para proteger. Puede tratarse de la luz visible, de la radiación UVB, UVA o la radiación infrarroja.
  • La remanencia es una propiedad que expresa la capacidad del producto de permanecer adherido a la piel.
  • Los distintos fotoprotectores ofrecen texturas variables para que cada consumidor elija la que más le agrade y lograr así que lo use efectivamente. 
  • La fotoestabilidad se refiere a la capacidad del producto para permanecer inalterado frente a las radiaciones solares.

El SPF nos indica el tiempo de protección frente a las radiaciones

Tampoco esta afirmación es real. El SPF (en inglés) o FPS (en español) expresa una relación, una proporción, no un tiempo. Esta relación se ha establecido entre dos variables: la cantidad de energía mínima que se necesitaría para producirte una quemadura con fotoprotector contra la misma cantidad de energía sin fotoprotector. La fórmula es SPF = DEM con foto/DEM sin foto. La efectiva protección también se relacionará con tu tipo de piel o fototipo.

Hay protectores que pueden bloquear la totalidad de la radiación 

Esta afirmación es totalmente errada. Ningún fotoprotector ni las mezclas de ellos que puedas aplicarte te protegerán completamente de la radiación solar. Siempre hay un porcentaje de ella que alcanzará tu piel y, según tu fototipo, te producirá o bien una quemadura solar o bien un bronceado.

Dos cremas protectoras suman su actividad 

No es cierto tampoco, y es una de esas falsas concepciones que te pueden llevar a exponerte más allá de lo prudente. La protección será igual a la crema solar de mayor SPF, pues no hay ninguna base para creer que se suman los SPF.

Con una aplicación diaria de factor de protección es suficiente 

Esto es irreal. Debes volver a aplicarte el producto cada dos horas, ya que es el tiempo que permanece en la piel. Si entras al agua, te pones y quitas la ropa, te frotas con una toalla o tomas contacto con la arena, este tiempo será menor.

En invierno y en los días nublados no es necesario aplicar un protector solar 

Las radiaciones UVA y UVB atraviesan las nubes, aunque la radiación lumínica no lo haga en igual medida. Por ello debes colocarte el protector a pesar de que el cielo esté encapotado.

Si me aplico protector solar no me pondré moreno 

Como te comentamos más arriba, ninguna crema solar o alguna mezcla de ellas podrán protegerte totalmente. Por ello, siempre algo de radiación incidirá en tu piel.

Cuando esto sucede, la piel responde fabricando melanina, que es una defensa contra la radiación. Por ello, el estar bronceado es señal de que tu piel ha sido agredida por las radiaciones solares.

La piel morena o negra no se quema y no se necesita por ello aplicar protector 

Tampoco es verdad, ya que todos los tipos de piel, inclusive los fototipos más altos como IV o V, están expuestos a sufrir daño solar acumulativo, a quemarse y a broncearse como mecanismo de defensa. La melanina que tienen estos tipos de piel es la eumelanina, pero aun así su producción es un mecanismo de defensa contra una agresión.

No hace falta que se reapliquen las cremas resistentes al agua

Los términos que hacen referencia a la resistencia al agua simplemente expresan que la crema solar dura un tiempo más largo sobre la piel, pero sigue siendo limitado. Por ello, la recomendación siempre es reaplicar el producto si has estado en el agua y, particularmente, si luego has usado la toalla sobre la piel.

Los protectores básicos duran 20 minutos en el agua, lo que corresponde a la regulación vigente. Las denominaciones tales como water resistant se refieren a los protectores solares que muestran una eficacia en baños de 40 minutos. Los que se clasifican como very water resistant waterproof aún actúan en baños de 80 minutos.

El uso de cremas solares en cada exposición te protege del efecto de las radiaciones solares. Gracias a esto, te puedes mantener sano y preservar una piel lozana. Por ello, es importante conocer bien la mejor manera de utilizarlas.