Cómo tomar el sol de forma segura (decálogo AEMPS)

El sol es necesario, pero en exceso, al igual que todo, resulta potencialmente nocivo. Por eso, la protección solar es indispensable cuando salgas a la calle. Debes tener un cuidado especial con los más pequeños, debido a que su sistema inmunológico no termina de reforzarse hasta, al menos, los tres años. A continuación, te ofrecemos estos consejos para que conserves la salud de tu familia y la tuya frente a los rayos ultravioleta.

¿Cómo puedo tomar el sol protegiéndome de la radiación?

No exponiéndote de manera prolongada a él y llevando a cabo una serie de medidas para evitar quemarte con los rayos UVB y UVA:

  • Durante las temporadas de máximo calor (especialmente en verano) evita salir entre las 12 y las 4 de la tarde, ya que este periodo es el de máxima radiación.
  • Evita que tus hijos menores de 3 años se expongan a los rayos solares.
  • Usa una ropa adecuada, que logre taparte lo máximo posible, a pesar del calor que pueda hacer.
  • Ten en cuenta que un día nublado puede ser igual de perjudicial que un día despejado.
  • Usa siempre crema protectora, aplícatela convirtiéndolo en un hábito para toda tu familia y para ti.

¿Son seguras las camas bronceadoras?

Las camas bronceadoras suponen un riesgo potencial para la salud, al igual que el sol. Transmiten rayos UVB y UVA perjudiciales para la epidermis. Al mismo tiempo que avejentan la piel, acrecientan el riesgo de padecer cáncer.

Mucha gente tiene la creencia de que alejándose del sol y utilizando otros métodos para broncearse evitará el daño que causa la radiación. Aunque muchas veces, esta radiación de las camas bronceadoras llega a ser más peligrosa que la del sol, sobre todo por la cantidad de horas que muchas personas suelen usarlas.

Estudios relacionados con el cáncer sitúan a estas camas como las responsables de la aparición de melanomas. Incluso se sabe que aumentan el riesgo de que aparezcan si los usuarios son menores de 30 años.

El mismo peligro representan las pequeñas cámaras secadoras de uñas, que transmiten igualmente rayos UVA. El cáncer de piel suele ser la máxima consecuencia de su uso prolongado.

¿Qué tipo de crema protectora debo usar?

Una crema de alto espectro, es decir, una de factor de protección solar de 30 o superior. Es preferible utilizar un protector adecuado para cada zona del cuerpo. Teniendo en cuenta la exposición al sol, debemos cuidar aquellas áreas más susceptibles del mismo, como es el rostro, los brazos e, incluso, la calva.

Para un mejor cuidado puedes encontrar protectores en forma de spray, que te facilitan su aplicación sobre partes del cuerpo más extensas, como en el caso de los brazos y las piernas. Aunque, es recomendable que, si puedes, las tapes con ropa.

También es importante que eduques a los más pequeños en el uso de crema protectora, sobre todo cuando los mayores no estén al pendiente. Durante los horarios de recreo, cuando los niños se exponen al sol, es conveniente que se apliquen protector contra rayos UVB y UVA por su cuenta.

¿Por qué se debe evitar exponer al sol a los niños?

Todas las personas deben evitar exponerse a los rayos solares de manera prolongada, aunque especialmente los más pequeños, debido a los estragos que puede provocar la radiación solar en su epidermis.

Cuanto más jóvenes sean, más peligro representa para ellos la luz solar. Por eso, si no puedes remediar sacarles a la calle durante los horarios no recomendados, será preciso que tomes las medidas oportunas para mantenerlos protegidos:

  • No olvides ponerles gorra, buscando que cubra lo máximo posible su rostro.
  • Tápales adecuadamente los brazos y las piernas. Elige ropa fresca, creada con materiales ligeros y transpirables como el lino.
  • Busca la sombra siempre que puedas, para que no estén mucho tiempo bajo la luz del sol.
  • Aplícales una crema protectora de amplio espectro.
  • Lleva siempre contigo una botella de agua para que estén siempre bien hidratados.
  • En las temporadas de máximo calor, siempre puedes aplicarles cremas hidratantes para que su piel no se seque demasiado.
  • No te confíes con los días nublados. El daño solar puede resultar igual, o incluso aumentar si estás cerca del agua o de la nieve, dada la proyección del sol. Usa siempre protección solar a donde vayas.
  • Las gafas de sol son un recurso muy importante porque logran tapar una parte del rostro y proteger los ojos, que también pueden resultar dañados.

Siempre que compres una crema protectora debes leer sus instrucciones, con el fin de sacar el máximo provecho de ella y aplicarla correctamente. Del mismo modo, verás la compatibilidad con los diferentes tipos de pieles y las edades recomendadas para su uso.

El sol, que es muy positivo para todos nosotros siempre que no se superen los 5 minutos de exposición diaria, también llega a ser muy perjudicial. Estar muchas horas bajo sus efectos puede causar enfermedades en la piel, como el cáncer. No dejes de proteger a los tuyos usando protector solar.

Hay más información sobre el tema en el decálogo de la AEMPS para tomar el sol de forma segura.

DECÁLOGO DE LA AEMPS PARA TOMAR EL SOL DE FORMA SEGURA